jueves, 31 de julio de 2014

La rana y la princesa

Nos han enseñado que el amor duele, nos han dicho: quien te quiere te hará sufrir! Pero no es el amor el que daña o lastima, son las expectativas que creamos al rededor de aquel o aquella a quien "amamos" , pues con el enamoramiento hacemos de un mortal, un heroe y peor aún, pretendemos que este mortael venga a cumplir con nuestras expectativas y a llenar nuestros vacíos, y claro, cuando vemos que nuestro amado héroe no satisface nuestras carencias, el mortal se convierte en sapo, ni siquiera en humano.  Es tanto nuestro enojo y decepción que lo degradamos a sapo.  Aquí aplicamos la historia a la inversa, creamos un príncipe y después de besarlo se convierte en sapo.

Ningún príncipe, ningún sapo, ningún superheroe  y menos un simple mortal podrá llenar nuestros vacíos, nos corresponde a nosotras dejar de ser ranas y convertirnos en princesas;  en princesas decididas, valientes, trabajadoras, preparadas, seguras de nosotras mismas;  princesas que no necesitemos  que un príncipe nos rescate sino  que nos complemente,  un príncipe que nos apoye y nos motive a ser mejores y nos impulse a seguir creciendo, alguien con quien compartir y no de quien depender. 

Dejemos de ser ranas y seamos princesas!!!

Buenos días!!!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario